martes, 19 de enero de 2016

Bienvenidos a mi nevera (1/3). Proyecto Mi cocina

Hace poco ojeé un libro muy interesante: Inside Chef's fridges. Podías cotillear algo tan íntimo como la nevera de casa y nada menos que de algunos de los mejores Chefs europeos. Andaba por esos días pensando en cómo volver a crear contenidos más profundos, más interesantes y algo diferentes para el blog y claro unir los puntos fue bastante sencillo.

Cuando hablo de comida con la gente me encuentro a menudo con voluntades firmes por comer mejor pero desvalidas por falta de ideas. Es muy común también pedir dietas o al menos menús fijos. A menudo insisto, y supongo que debo insistir más, por un lado en que yo no soy quien para dar consejos de alimentación a nadie, y por otro, que perdóname, pero yo no te voy a hacer un menú semanal, hay que pensar un poquito...
Como además soy ferviente seguidor de la regla del 80/20 (vigila y cuida el 80% de lo que comes, reserva el 20% restante para caprichos, concesiones y momentos en los que no puedas elegir), creo que la clave de una alimentación sana está en las cesta de la compra, en lo que metes en tu nevera y tu despensa, en tu casa al fin y al cabo. Si la gran mayoría de lo que tienes más a mano es comida real, te costará mucho menos alimentarte bien y pronto esquivar los desayunos de cafetería y los estantes de gominolas, chocolatinas y refrescos en las tiendas será más sencillo.

Así pues, con este post inicio el proyecto "Mi cocina" en el que pretendo exponer la intimidad de mi cesta de la compra (ordenada o no) para que sirva de ejemplo de cómo como (comemos) en casa. Comienzo con la primera parte (de tres) de la nevera, con su estancia principal. Vean, vean...

¡Mira rápido y cierra la puerta que se va el frío!
Click para ver en grande

Una imagen vale más que mil palabras y ésta además porta unas cuantas para explicar lo no legible o no reconocible, pero añado algunos comentarios a tener en cuenta:

  • Obviamente mi nevera no siempre está así, para fotografiarla he escogido un día en el que acabábamos de hacer compra, pero, os aseguro que no hice la compra para la foto.
  • Hay pan, sí, a pesar de lo mucho que lo he denostado. Hay pan y de marca reconocible (repasada la lista de ingredientes antes de comprarlo y constatado que no lleva marranadas extra), normalmente buscamos un pan de herbolario con masa madre, a base de espelta por ejemplo, pero no siempre hay ocasión o tiempo. La que se lo come es sobre todo mi hija, una rebanada untada en mantequilla con pechuga de pavo, con paté casero o con queso y un poco de membrillo o mermelada. Suele ser su merienda. Yo no como de ese pan pero a veces sí como pan (está en el congelador, así que próximamente...).
  • Hay pollo, en este caso pechuga. Después de mucho buscar encontré una pollería en el mercado de San Antón (Madrid) que vende pollos enteros criados en semilibertad (franceses, en fin, no creo que sea porque no los sabemos criar aquí...). Con "enteros" me refiero a que llevan hasta la cresta y el pico además de las gelatinosas patas y las deliciosas molleja, hígado y corazón. De esos pollos saco 4 platos, uno de ellos es el pollo asado, y procuro comerme todo incluida la piel. Obviamente son mi opción preferida, en su defecto suelo comprar cortes magros (pechuga, vamos) para añadirles yo una grasa que me dé confianza (la grasa de pollo tiene muchos ácidos grasos poliinsaturados, si es un animal de explotación intensiva ten por seguro que tendra un balance entre omega-6 y omega-3 muy poco saludable, entre otras desventajas).
  • Como se puede apreciar hay tres tipos de crucíferas: coliflor, col picuda y brócoli. He de decir que no es lo normal, nos somos tan tan tan faners de esos vegetales, fue un poco coincidencia. Eso sí, lo normal es que casi siempre haya un tipo, el brócoli es el preferido de la familia, empezando por la cachorra.
  • El agua con gas es una herramienta bastante útil para los días que decido alargar los ayunos a 20-24 horas.
  • No se ven (fallo mío) pero hay tres tipos de queso (a veces hay más). Somos muy queseros, eso sí escogemos bien, mejor poco y de calidad que mucho y de plástico.
  • En nuestra nevera siempre hay sobras. Cocinad de más, amigos, es muy útil, se optimiza el tiempo y en esos momentos en los que no te apetece nada cocinar o no tienes tiempo, tener unas sobras caseras, ricas y saludables a mano es el mejor antídoto contra el telefonazo a una pizza a domicilio o contra bajar a por cualquier cosa.
  • Las verduras y hortalizas son algunas ecológicas y otras de producción convencional. En casa recibimos cada quince días una caja de productos ecológicos variados de unos 8 kg. Los productos están muy ricos y teniendo en cuenta el envío a domicilio, el precio es bastante razonable. Aún así casi cada semana compramos más fruta y horalizas, me preocupa más que sea de temporada y de producción cercana (España, vamos) que buscarla (y pagarla) ecológica. Mis fidedignas fuentes dentro de la industria alimentaria me dan bastante confianza en la producción convencional para la mayoría de vegetales.

Próximamente os enseñaré la puerta de la nevera, hogar de condimentos y salsas...

En la foto Vector de Flecha diseñado por Freepik

Curioseen a gusto,
Nacho

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2 comentarios:

  1. hola, gracias por compartir la intimidad del frigo ajjaj; una pregunta, en que sitio compras las verduras online para que te lleguen a casa cada 15 dias?

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    Respuestas
    1. Hola, Kae, gracias por comentar!
      Disfruta&verdura, tienen multitud de opciones de reparto, tamaño y productos

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