martes, 8 de noviembre de 2011

Calabacines rellenos de verdura y queso

Hoy vamos con un clásico. Creo que esta es una de las primeras recetas un poquito elaboradas que aprendí y me atrevería a jurar que fue del gran Arguiñano, al que como tantos otros le debo mucho, pero mucho, mucho, cuando hay sartenes y cuchillos de por medio. La última vez que vi uno de sus programas comprobé que seguía igual de divertido pero que por desgracia le habían colocado como compañera a una presunta dietista (digo "presunta" porque parecía una modelo o presentadora haciendo el papel de dietista, pero igual me equivoco...) que repartía a diestro y siniestro con sonrisa encantadora sandeces del tipo "con esta receta tenemos que tener cuidado porque lleva tuétano y por lo tanto mucho colesterol, así que mejor si lo quitamos o al menos la dejamos para días especiales"... Lamentable educación para la ciudadanía, en fin...
Pero bueno, al tema. Estos calabacines rellenos cuya receta he ido variando ligeramente con el tiempo, componen un plato con ingredientes sencillos que le saca partido a esta hortaliza que es multifunción, y a mí personalmente me encanta, pero que a veces puede pecar de sosorra. Conlleva cierto trabajo, pero con más dosis de paciencia que de habilidad y es muy resultona en la presentación. Un rico y atractivo primer plato, vaya.
Ingredientes para 2/3 personas:
Click en la foto para verla en grande.
  • Calabacín (1, bien hermoso).
  • Puerro (1).
  • Espárragos verdes (3).
  • Rúcula (1 puñado).
  • Mozzarella (1/2 bola).
  • Parmesano (1 trozito para rallar).
  • Mantequilla. (1 cucharada).
  • Sal marina.
  • Pimienta negra recién molida.
  • Orégano.
  • Para la salsa de tomate:
    • Tomates maduros (2).
    • Ajo (1-2 dientes).
    • Sal marina.
    • AOVE.
Elaboración:
Lavamos el calabacín, amputamos cariñosamente sus extremos y lo cortamos en cilindros de 3-5 cm. de alto que procedemos a vaciar cuidadosamente con una cuchara, dejando una base sin quitar, como muestra la foto. Ojo con romperlos que es fácil. Reservamos la pulpa.
Vacía que te vacía...
Picamos fino la pulpa del calabacín junto con el puerro y los espárragos (las puntas las cortamos longitudinalmente y procuramos no romperlas en el pochado, luego viene bien rescatarlas para decorar), lavados y los ponemos a pochar en una sartén con la mantequilla, una pizca de sal y pimienta al gusto.
A ser posible a la vez, para ir ganando tiempo, cocemos al vapor los cubos de calabacín, unos 15-20 minutos mirando el punto (pelín al dente estará bien pero que no queden duros), si es en un accesorio de vapor, unos 3 minutos desde que suben los anillos en olla rápida. Sacamos, reservamos y dejamos al aire para que se enfríen un poco.
De vuelta a la sartén, cuando la verdura esté pochada, sacamos las medias puntas de espárrago que reservaremos y añadimos la mozzarella picada. Removemos bien para que funda. Los últimos 2 minutos, añadimos la rúcula, también picada y seguimos removiendo para que el queso se mezcle bien con el verde.
Una vez el relleno esté pochado y bien mezclado, con una cuchara y con cuidado de no quemarnos y también de no romper las paredes ni el fondo de los calabacines, vamos rellenando generosamente.
En otra sartén..., qué coño, en la misma de antes a la que habremos pasado un papel de cocina para limpiarla un poco, ponemos un chorro de aceite y echamos el diente de ajo que previamente habremos chafado de un golpe con el plano del cuchillo para que aromatice. Cuando esté dorado, añadimos los dos tomates rallados y una pizca de sal. A freír 10-15 minutillos.
Por último, en una bandeja o recipiente plano de horno que untaremos con un poquito de aceite, ponemos los cubos de calabacín relleno y por encima espolvoreamos el parmesano rallado y un poco de orégano y colocamos media punta de espárrago para decorar. Gratinamos un par de minutos, hasta que el parmesano se dore y listo.
Podemos servir la salsa de tomate, debajo, encima o a un lado, como más os guste. Pero quitando el ajo, que queda mejor.
Sí, hay poco vino, no daba con el encuadre y tuve que buscar inspiración...
Notas:
  • Evidentemente, aparte de aprovechar la pulpa del calabacín, el relleno se puede hacer con las verduras que más os apetezcan. O tengáis más a mano, lo que convierte a este plato tan resultón en una fantástica Receta Jaquelín (Ya-que-lim-pio la nevera). Lo que sí os recomiendo es que por lo menos haya un toquecillo de verdura amarga, como la rúcula. Con los quesos, claro está, también se puede jugar.
Nutrición:
  • No me voy a matar ni os voy a contar obviedades, no hay nada muy especial en el plato: un buen puñado de verduras, con sus minerales, pocos y saludables hidratos, fibra y alguna vitamina superviviente a la elaboración. Licopeno del tomate, que al ir frito se aprovecha más y es un antioxidante chachi guay para la piel y la próstata. Algo de proteína de alto valor nutricional por el queso (que sea bueno, chavales y chavalas, que sea bueno...) y grasas saludables provenientes del AOVE, el queso y la mantequilla, estas últimas (las animales) además nos aportan vitaminas liposolubles (A, D, K) que nos permiten asimilar mejor los minerales de las verduras. Es importante, por lo tanto, y una buena costumbre, acompañar el verde de una buena grasa animal, para sacarle todo el partido.
Gocen, gocen y se me abriguen. A no ser que estén en el trópico, como alguno que yo me sé...

Nach


P.D. ¿Algún truco o sugerencia para darle un punto a este plato? Dejad comentarios, por favor.
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