¡Segunda #RecetaPimpampum!
Rebollones, níscalos, robellons..., en definitiva Lactarius Deliciosus, una seta (un hongo, sí..., un hongo cuya seta se come...) típica de otoño cuyo nombre científico lo dice todo. Si tienes ocasión de recolectarlos tú: doble ración de salud, la del día en el campo y la del plato, porque las setas van cargadas de antioxidantes perfectos para el cambio de estación y su marea de catarros, gripes y etcéteras.
Y ¿por qué "salte-vuelto"? Pues porque es mitad salteado mitad revuelto, todo placer. Parece que no me conozcas...
En una sartén a fuego medio-fuerte ponemos la misma cantidad de AOVE que de mantequilla (1-2 cucharadas de cada aprox.), y salteamos los rebollones cortados en trozos no muy pequeños, meneando continuamente.
Cuando hayan dorado un poco añadimos el ajo picado fino y el tomillo y seguimos salteando 2-3 minutillos más.
Por último bajamos el fuego, salpimentamos, añadimos un toque sutil de vinagre (de Jerez a ser posible) y terminamos de hacer según gustos y punto deseado, no recomiendo más de 2 minutos.
Emplatamos colocando con delicadeza la yema cruda sobre el salte-vuelto y servimos inmediatamente.
Una vez en la mesa, con las setas aún calientes, rompemos la yema y la mezclamos con el salteado. Ahí tenemos nuestro salte-vuelto.
NOTA: Este salte-vuelto admite cualquier seta y combinación de setas. También admite creatividad con las hierbas, a mí llámame clásico, pero prefiero ceñirme al tomillo y al perejil.
TRUCO: Con cualquier revuelto con huevos enteros que hagas te recomiendo añadir la yema así, en crudo y al final. Separa las claras y cocínalas en la sartén removiendo al final del proceso y ya en tu plato procede con las yemas. Mil veces más cremoso, sabroso y con la ventaja de aprovechar nutrientes de la yema que pueden degradarse con la cocción.
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Rebollones, níscalos, robellons..., en definitiva Lactarius Deliciosus, una seta (un hongo, sí..., un hongo cuya seta se come...) típica de otoño cuyo nombre científico lo dice todo. Si tienes ocasión de recolectarlos tú: doble ración de salud, la del día en el campo y la del plato, porque las setas van cargadas de antioxidantes perfectos para el cambio de estación y su marea de catarros, gripes y etcéteras.
Y ¿por qué "salte-vuelto"? Pues porque es mitad salteado mitad revuelto, todo placer. Parece que no me conozcas...
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Ñam, ñam, reñam... |
Salteado de níscalos con tomillo y yema cruda.
- Rebollones/níscalos (Unos 250-300 gr.)
- Ajo (1 diente sin el germen).
- Yema de huevo de gallina feliz (1).
- Tomillo (mejor si es fresco, 4 pizcas, si es seco, 2 pizcas).
- AOVE.
- Mantequilla.
- Sal marina.
- Pimienta negra recién molida.
- Vinagre de Jerez (unas gotas).
En una sartén a fuego medio-fuerte ponemos la misma cantidad de AOVE que de mantequilla (1-2 cucharadas de cada aprox.), y salteamos los rebollones cortados en trozos no muy pequeños, meneando continuamente.
Cuando hayan dorado un poco añadimos el ajo picado fino y el tomillo y seguimos salteando 2-3 minutillos más.
Por último bajamos el fuego, salpimentamos, añadimos un toque sutil de vinagre (de Jerez a ser posible) y terminamos de hacer según gustos y punto deseado, no recomiendo más de 2 minutos.
Emplatamos colocando con delicadeza la yema cruda sobre el salte-vuelto y servimos inmediatamente.
Una vez en la mesa, con las setas aún calientes, rompemos la yema y la mezclamos con el salteado. Ahí tenemos nuestro salte-vuelto.
NOTA: Este salte-vuelto admite cualquier seta y combinación de setas. También admite creatividad con las hierbas, a mí llámame clásico, pero prefiero ceñirme al tomillo y al perejil.
TRUCO: Con cualquier revuelto con huevos enteros que hagas te recomiendo añadir la yema así, en crudo y al final. Separa las claras y cocínalas en la sartén removiendo al final del proceso y ya en tu plato procede con las yemas. Mil veces más cremoso, sabroso y con la ventaja de aprovechar nutrientes de la yema que pueden degradarse con la cocción.
¡Gocen!
Nach
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