Una de las primeras impresiones al acercarnos a las dietas espartana y paleo es que son caras. Pues no es así, pero además de no detenerme en ello ahora mismo, voy a presentar la primera (en realidad es la segunda, porque el caldo es baratísimo) de las recetas lowcost (bajo coste) de este blog.
Ay, el humilde y sabroso conejo, cuán español (España viene de i-shepham-im, que quiere decir: "el país de los conejos" y así denominaron a esta tierra los navegantes fenicios) y qué fantástico aliado para añadir proteína buena y barata a nuestra dieta.
Atención, porque aparte de lowcost, esta receta también puede prepararse en modo "No tengo ganas y/o tiempo de cocinar".
Ingredientes obligatorios:
Preparación:Ay, el humilde y sabroso conejo, cuán español (España viene de i-shepham-im, que quiere decir: "el país de los conejos" y así denominaron a esta tierra los navegantes fenicios) y qué fantástico aliado para añadir proteína buena y barata a nuestra dieta.
Atención, porque aparte de lowcost, esta receta también puede prepararse en modo "No tengo ganas y/o tiempo de cocinar".
Ingredientes obligatorios:
- Conejo con todo, incluida la cabeza con sus ojos y todos los órganos que vengan en el paquete (uno cada tres/cinco comensales, dependiendo del tamaño del bicho y las tragaderas de las humanos).
Al final puse más mantequilla, que conste |
- Ajo (4-5 dientes por conejo).
- Cebolla (2 por conejo).
- Puerro (1 por conejo).
- Mantequilla (una cantidad generosa).
- Vino tinto (1 vaso, mejor si es rancio).
- Sal marina.
- Pimienta negra.
- Perejil.
- Laurel.
- Miel (1 cucharada).
- Azafrán (pizca).
- Almendras (1 puñadito).
Que el señor carnicero nos trocee al bichico (si no, ya sabéis lo que toca) y ¡que no tire nada! Lo aviso porque a veces les da por arrancar y tirar los ojos (llenos de vitamina A, colágeno, gelatina) e incluso la cabeza con su nutritivo cerebro. Y bueno, ya en la primera línea, se ve de qué va el percal: una de las ventajas de comer conejo es que además de su magro músculo, podemos comer cantidad de órganos que es lo verdaderamente nutritivo (y por ello, sabroso), pero que los aprensivos no se asusten, que no lo van a notar...
Sigo: lavamos el conejo y lo salpimentamos. Ponemos la mantequilla en una olla y doramos unos minutos a fuego medio-fuerte. Hacia el final podemos añadir una cucharada de miel que le va a dar un rico y moruno toque.
El señol coneco ya doradito |
Los órganos los piqué (no, el de Shakira, no) más para que quedaran más finos |
Este va a ser el fondo bueno-bueno de la salsa |
Al final del todo, con el fuego apagado le añadimos unas almendras picadas.
Como es un guiso, conviene dejarlo reposar para que los sabores asienten y se mezclen, así que estará más rico al cabo de unas horas e incluso al día siguiente.
Sugerencia de presentación, chim-pón. |
Opción "No tengo ganas y/o tiempo de cocinar":
Metemos todo lo anterior menos las almendras en la olla exprés (incluso sin picar las verduras ni las vísceras si nos da pereza), cerramos y cocinamos 15-20 minutos) y hala, a jugar a la pala. Abrimos, comprobamos que está blandita la carne (si no, le damos un poco más), añadimos las almendras y que repose. Si hay algo de tiempo pero no ganas de trabajar, hacedlo en olla normal cociendo la hora y cuarto antes dicha, ya sabéis que a fuego lento tu mirada, los guisos suelen salir más ricos.
Notas:
- Clickad en las fotos (o botón derecho, abrir enlace en una pestaña nueva) para verlas en grande.
- Podéis hacerlo también con vino blanco. O escabechado, echando medio vaso de vinagre hacia el final.
- Las almendras se echan con el fuego apagado porque sus grasas (que son buenas grasas) son débiles y si las hervimos mucho se estropean y ya no son tan saludables.
- Comeos los órganos.
- El conejo se caracteriza por ser muy magro, por eso culturistas antiguos y gente equivocada pueden ensalzarlo enormemente, pero lo que es cierto es que nos aporta proteínas de calidad a bajo coste y eso es importante, así que añadiéndole una generosa (y barata, que lo es) cantidad de grasa animal en forma de mantequilla (también podría ser manteca de cerdo) y un buen puñado de verduras (que nos aportarán fibra, más minerales...), obtenemos una comida bastante equilibrada y paleoespartana. Pero el verdadero punto fuerte está en los órganos (no me cansaré de repetirlo, lo siento...). El hígado es probablemente el alimento más nutritivo que existe, con gran cantidad de vitaminas D, C, del grupo B y A (ojo con la vitamina A, que los vegetales no tienen aunque a menudo se diga que sí. Lo que tienen las verduras son carotenos, los carotenos son pro-vitamina A, que mucha gente no puede convertir con su metabolismo en vitamina A y los que pueden lo hacen en muy bajas cantidades), además de hierro, cinc, fósforo, magnesio, selenio y proteínas. Aunque van por detrás, el resto de órganos también aportan cantidad de nutrientes importantísimos. Así que bendito sea el conejo y todo lo que está dentro de él.
Nach
P.D. Por favor, no dejéis de hacer comentarios y opinar en la casilla de reacciones, ¡os lo agradeceré mucho! (siempre que no me pongáis demasiado a caldo, claro)
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