No es fácil decir adiós. Estoy escribiendo estas líneas y buscando mil razones para cambiar de idea. Pero lo cierto es que la decisión estaba tomada de facto antes de tomar la decisión.
Hace 4 días que este blog cumplió 6 años (se dice pronto) y hace más de 7 meses que no publico, desde el 10 de junio de 2016 concretamente, la palabra "diario" en el subtítulo del blog es un chiste, vaya.
En este tiempo he aprendido muchísimo gracias al compromiso (laxo) de escribir aquí periódicamente, de compartir lo aprendido, de leer vuestros comentarios, de inmortalizar algunas de las recetas que hago día a día; he evolucionado, he cambiado de idea o me he reafirmado profundamente en algunas de las creencias que en primer lugar me llevaron a empezar con el blog y no es tanto los cambios de idea sino la sensación de que aunque mi camino hacia la vida sana sigue avanzando y definiéndose, la senda del blog es cada vez más incierta y difusa.
El 14 de septiembre de 2015 ya lanzaba un amago de despedida quemando un último cartucho para darle un giro al blog y creo que ese giro no llegó a cuajar, no me "venían" nuevas ideas para contenidos, no percibí que las que lanzaba despertaran mucho interés. Enlazo el artículo porque mucho de lo que explicaría ahora ya lo expliqué entonces en detalle, especialmente en lo que concierne a contar mi camino paleo-no paleo. Y es que a pesar de (permitidme el pegote) haber sido uno de los primerísimos en hablar de la Dieta Paleo en España, no me siento identificado con la versión más popular de ese modo de vida (no soy low-carber ni evito todos y cada uno de los cereales en todas sus formas ni todos los lácteos excepto el ghee ni esquivo legumbres como si fueran el diablo ni muchísimo menos las patatas), ni ahora ni del todo al principio para ser honesto, sólo que en este momento lo tengo claro y querer establecer el decálogo paleoespartano, o pretender popularizar mi propia etiqueta pseudopaleo me parece una empresa falta de sentido. Eso sí, como ya dije en el citado artículo: "seguiré con un pie en la Paleo/Primal y con el otro bailando".
Mientras escribo ahora a una mano porque con la otra sostengo y acuno a mi hija lactante corroboro que el mayor problema es el tiempo, o quizá la motivación para encontrar ese tiempo. Ahora me encuentro en otra fase de aprendizaje vital, fascinante y emocionante a más no poder, con sus visitas a urgencias y sus noches en vela (tener cachorros es vivir al límite, baby, quien lo probó lo sabe). Toda la sabiduría acumulada, todas las pruebas, todas las idas y venidas para comer sano y rico han sido uno de los mejores bagajes para afrontar la crianza de mis hijas. Así que doble choca esos cinco a este blog y al feedback recibido.
No voy a cerrar Spartangourmet.com ni borrar su rastro. Ni siquiera voy a borrar artículos que en su día escribí y con los que ahora no me identifico, hablan de mi camino de aprendizaje, de mi evolución y eso tiene mucho valor para mí. Eso sí, en estos días procuraré añadir a los más polémicos una introducción que los actualice para que quien los encuentre y me encuentre por primera vez no se lleve una idea equivocada.
No descarto arrancar un nuevo proyecto bloguero con nuevas ideas y objetivos y escribo y borro una y otra vez frases como "ni descarto retomar de nuevo este blog si se dan las circunstancias apropiadas", pero sinceramente creo que el "Diario de un paleoespartano hedonista y urbano" termina definitivamente aquí.
Seguiré más o menos activo en Instagram con pornfood del bueno y en Twitter con lo que me parezca interesante retuitear o promocionar, siempre según mis flujos de motivación y disponibilidad, claro; y cuando tenga nuevos contenidos los colgaré en mi canal de Youtube.
Por lo que he visto la mayoría de blogs de larga duración lo son porque son o se convierten en actividad profesional o en un complemento de una actividad profesional. Quizá esa es la clave de este cierre, yo tengo mi trabajo (que me apasiona) y no he profesionalizado mi blog o no lo he convertido en verdadera actividad paralela, aunque sí he trazado maravillosos puentes entre mi carrera y mi otra gran pasión (véanse mi programa de cocina, Buenas Compañías, mi libro de recetas para toda la familia, Las recetas de Miranda, mi colaboración en el blog Consérvate y mi remate del año pasado con la participación como actor interpretando a uno de los cocineros y haciendo asesoría gastronómica en el exitoso montaje teatral La Cocina).
Ha sido apasionante, hermoso, enriquecedor, ha sido un reto, me ha puesto en contacto con gente a la que admiro, también me ha dado algún regalo inesperado e incluso algún dinerillo gracias a los productos de otros bloggers que he publicitado (no te cortes en pinchar y comprar alguna de las cosillas que tengo en los banners de la derecha ;)) y ha ido en paralelo a la mejor época de mi vida: mi relación con mi mujer y la llegada de mis dos hijas, sin duda esta aventura siempre será una parte importante de mi camino y no puedo sentir más que agradecimiento.
Así que gracias.
Gracias de nuevo a mi amigo Miguel Ángel que me empujó a crearlo.
Gracias a mi amada Itziar que me ayudó a darle forma, que me aconsejó, que aguanta mis neuras y mis peroratas y ha leído todos mis artículos.
Gracias a familia y amigos, los primeros y más bombardeados con mis posts.
Gracias a toda la comunidad de bloggers de la que tanto he aprendido sobre salud y sobre cómo llevar un blog.
Y gracias a vosotras, lectores conocidos y anónimas (alterno géneros inclusivos), por ser el apoyo de este pequeño/gran proyecto personal.
Gracias y hasta la próxima.
A plantar fuerte
Hace 4 días que este blog cumplió 6 años (se dice pronto) y hace más de 7 meses que no publico, desde el 10 de junio de 2016 concretamente, la palabra "diario" en el subtítulo del blog es un chiste, vaya.
En este tiempo he aprendido muchísimo gracias al compromiso (laxo) de escribir aquí periódicamente, de compartir lo aprendido, de leer vuestros comentarios, de inmortalizar algunas de las recetas que hago día a día; he evolucionado, he cambiado de idea o me he reafirmado profundamente en algunas de las creencias que en primer lugar me llevaron a empezar con el blog y no es tanto los cambios de idea sino la sensación de que aunque mi camino hacia la vida sana sigue avanzando y definiéndose, la senda del blog es cada vez más incierta y difusa.
El 14 de septiembre de 2015 ya lanzaba un amago de despedida quemando un último cartucho para darle un giro al blog y creo que ese giro no llegó a cuajar, no me "venían" nuevas ideas para contenidos, no percibí que las que lanzaba despertaran mucho interés. Enlazo el artículo porque mucho de lo que explicaría ahora ya lo expliqué entonces en detalle, especialmente en lo que concierne a contar mi camino paleo-no paleo. Y es que a pesar de (permitidme el pegote) haber sido uno de los primerísimos en hablar de la Dieta Paleo en España, no me siento identificado con la versión más popular de ese modo de vida (no soy low-carber ni evito todos y cada uno de los cereales en todas sus formas ni todos los lácteos excepto el ghee ni esquivo legumbres como si fueran el diablo ni muchísimo menos las patatas), ni ahora ni del todo al principio para ser honesto, sólo que en este momento lo tengo claro y querer establecer el decálogo paleoespartano, o pretender popularizar mi propia etiqueta pseudopaleo me parece una empresa falta de sentido. Eso sí, como ya dije en el citado artículo: "seguiré con un pie en la Paleo/Primal y con el otro bailando".
Mientras escribo ahora a una mano porque con la otra sostengo y acuno a mi hija lactante corroboro que el mayor problema es el tiempo, o quizá la motivación para encontrar ese tiempo. Ahora me encuentro en otra fase de aprendizaje vital, fascinante y emocionante a más no poder, con sus visitas a urgencias y sus noches en vela (tener cachorros es vivir al límite, baby, quien lo probó lo sabe). Toda la sabiduría acumulada, todas las pruebas, todas las idas y venidas para comer sano y rico han sido uno de los mejores bagajes para afrontar la crianza de mis hijas. Así que doble choca esos cinco a este blog y al feedback recibido.
No voy a cerrar Spartangourmet.com ni borrar su rastro. Ni siquiera voy a borrar artículos que en su día escribí y con los que ahora no me identifico, hablan de mi camino de aprendizaje, de mi evolución y eso tiene mucho valor para mí. Eso sí, en estos días procuraré añadir a los más polémicos una introducción que los actualice para que quien los encuentre y me encuentre por primera vez no se lleve una idea equivocada.
No descarto arrancar un nuevo proyecto bloguero con nuevas ideas y objetivos y escribo y borro una y otra vez frases como "ni descarto retomar de nuevo este blog si se dan las circunstancias apropiadas", pero sinceramente creo que el "Diario de un paleoespartano hedonista y urbano" termina definitivamente aquí.
Seguiré más o menos activo en Instagram con pornfood del bueno y en Twitter con lo que me parezca interesante retuitear o promocionar, siempre según mis flujos de motivación y disponibilidad, claro; y cuando tenga nuevos contenidos los colgaré en mi canal de Youtube.
Por lo que he visto la mayoría de blogs de larga duración lo son porque son o se convierten en actividad profesional o en un complemento de una actividad profesional. Quizá esa es la clave de este cierre, yo tengo mi trabajo (que me apasiona) y no he profesionalizado mi blog o no lo he convertido en verdadera actividad paralela, aunque sí he trazado maravillosos puentes entre mi carrera y mi otra gran pasión (véanse mi programa de cocina, Buenas Compañías, mi libro de recetas para toda la familia, Las recetas de Miranda, mi colaboración en el blog Consérvate y mi remate del año pasado con la participación como actor interpretando a uno de los cocineros y haciendo asesoría gastronómica en el exitoso montaje teatral La Cocina).
Ha sido apasionante, hermoso, enriquecedor, ha sido un reto, me ha puesto en contacto con gente a la que admiro, también me ha dado algún regalo inesperado e incluso algún dinerillo gracias a los productos de otros bloggers que he publicitado (no te cortes en pinchar y comprar alguna de las cosillas que tengo en los banners de la derecha ;)) y ha ido en paralelo a la mejor época de mi vida: mi relación con mi mujer y la llegada de mis dos hijas, sin duda esta aventura siempre será una parte importante de mi camino y no puedo sentir más que agradecimiento.
Así que gracias.
Gracias de nuevo a mi amigo Miguel Ángel que me empujó a crearlo.
Gracias a mi amada Itziar que me ayudó a darle forma, que me aconsejó, que aguanta mis neuras y mis peroratas y ha leído todos mis artículos.
Gracias a familia y amigos, los primeros y más bombardeados con mis posts.
Gracias a toda la comunidad de bloggers de la que tanto he aprendido sobre salud y sobre cómo llevar un blog.
Y gracias a vosotras, lectores conocidos y anónimas (alterno géneros inclusivos), por ser el apoyo de este pequeño/gran proyecto personal.
Gracias y hasta la próxima.
So long my friends |