lunes, 21 de febrero de 2011

Conejo guisado al vino tinto

Una de las primeras impresiones al acercarnos a las dietas espartana y paleo es que son caras. Pues no es así, pero además de no detenerme en ello ahora mismo, voy a presentar la primera (en realidad es la segunda, porque el caldo es baratísimo) de las recetas lowcost (bajo coste) de este blog.
Ay, el humilde y sabroso conejo, cuán español (España viene de i-shepham-im, que quiere decir: "el país de los conejos" y así denominaron a esta tierra los navegantes fenicios) y qué fantástico aliado para añadir proteína buena y barata a nuestra dieta.
Atención, porque aparte de lowcost, esta receta también puede prepararse en modo "No tengo ganas y/o tiempo de cocinar".

Ingredientes obligatorios:
    Al final puse más mantequilla, que conste
  • Conejo con todo, incluida la cabeza con sus ojos y todos los órganos que vengan en el paquete (uno cada tres/cinco comensales, dependiendo del tamaño del bicho y las tragaderas de las humanos).
  • Ajo (4-5 dientes por conejo).
  • Cebolla (2 por conejo).
  • Puerro (1 por conejo).
  • Mantequilla (una cantidad generosa).
  • Vino tinto (1 vaso, mejor si es rancio).
  • Sal marina.
  • Pimienta negra.
  • Perejil.
  • Laurel.
Ingredientes opcionales muy recomendados:
  • Miel (1 cucharada).
  • Azafrán (pizca).
  • Almendras (1 puñadito).
Preparación:
Que el señor carnicero nos trocee al bichico (si no, ya sabéis lo que toca) y ¡que no tire nada! Lo aviso porque a veces les da por arrancar y tirar los ojos (llenos de vitamina A, colágeno, gelatina) e incluso la cabeza con su nutritivo cerebro. Y bueno, ya en la primera línea, se ve de qué va el percal: una de las ventajas de comer conejo es que además de su magro músculo, podemos comer cantidad de órganos que es lo verdaderamente nutritivo (y por ello, sabroso), pero que los aprensivos no se asusten, que no lo van a notar...
Sigo: lavamos el conejo y lo salpimentamos. Ponemos la mantequilla en una olla y doramos unos minutos a fuego medio-fuerte. Hacia el final podemos añadir una cucharada de miel que le va a dar un rico y moruno toque.
El señol coneco ya doradito
Picamos el ajo, la cebolla y el puerro, además de todos los órganos del conejo, incluidos los ojos, el cerebro que habremos tenido que sacar, ughs..., riñones, hígado y también si andan por ahí, el corazón y algún trozo de pulmón. He aquí la gracia del asunto, el cocinero tiene que ejecutar la escabechina, pero los comensales, por aprensivos a la casquería que sean, no van a notar nada más que un sabor intenso y riquísimo en el guiso y además se van a marchar más que bien nutridos a...., a donde quiera que se tengan que marchar después de comer. Y es que os recuerdo que tanto espartanos como paleodieteros insisten en que hay que comer órganos de animales sanos, que son mucho más nutritivos que el músculo.
Los órganos los piqué (no, el de Shakira, no) más para que quedaran más finos
Retiramos el conejo dorado (que no confundir con el Vellocino de Oro) de la olla y en la mantequilla que queda echamos las hortalizas picadas, si es necesario añadiendo más mantequilla (el conejo es muy magro y se llevará mucha puesta) y un poquito de sal para pochar, cuando esté algo blandito le añadimos la casquería y rehogamos un poco más.
Este va a ser el fondo bueno-bueno de la salsa
Y una vez dorado, volvemos a echar el conejo a la olla, más el laurel, un poco de perejil picado, la pizca de azafrán, un vaso de vino tinto rancio (ay, ese pobre vino que se pone malo porque no lo bebemos y que ahora encuentra su redención...) y medio vaso de agua. Fuego medio bajo y a hervir entre hora y hora y media. La damos una vueltecilla de vez en cuando y si vemos que se queda muy seco añadimos más agua.
Al final del todo, con el fuego apagado le añadimos unas almendras picadas.
Como es un guiso, conviene dejarlo reposar para que los sabores asienten y se mezclen, así que estará más rico al cabo de unas horas e incluso al día siguiente.
Sugerencia de presentación, chim-pón.
Si queremos que quede muy fino, podemos sacar la salsa (antes de añadir las almendras) y triturarla. Allá cada cual, a mí, esta vez me quedó tan densa que parecía más una guarnición como puede verse.

Opción "No tengo ganas y/o tiempo de cocinar":
Metemos todo lo anterior menos las almendras en la olla exprés (incluso sin picar las verduras ni las vísceras si nos da pereza), cerramos y cocinamos 15-20 minutos) y hala, a jugar a la pala. Abrimos, comprobamos que está blandita la carne (si no, le damos un poco más), añadimos las almendras y que repose. Si hay algo de tiempo pero no ganas de trabajar, hacedlo en olla normal cociendo la hora y cuarto antes dicha, ya sabéis que a fuego lento tu mirada, los guisos suelen salir más ricos.

Notas:
  • Clickad en las fotos (o botón derecho, abrir enlace en una pestaña nueva) para verlas en grande.
  • Podéis hacerlo también con vino blanco. O escabechado, echando medio vaso de vinagre hacia el final.
  • Las almendras se echan con el fuego apagado porque sus grasas (que son buenas grasas) son débiles y si las hervimos mucho se estropean y ya no son tan saludables.
  • Comeos los órganos.
Nutrición:
  • El conejo se caracteriza por ser muy magro, por eso culturistas antiguos y gente equivocada pueden ensalzarlo enormemente, pero lo que es cierto es que nos aporta proteínas de calidad a bajo coste y eso es importante, así que añadiéndole una generosa (y barata, que lo es) cantidad de grasa animal  en forma de mantequilla (también podría ser manteca de cerdo) y un buen puñado de verduras (que nos aportarán fibra, más minerales...), obtenemos una comida bastante equilibrada y paleoespartana. Pero el verdadero punto fuerte está en los órganos (no me cansaré de repetirlo, lo siento...). El hígado es probablemente el alimento más nutritivo que existe, con gran cantidad de vitaminas D, C, del grupo B y A (ojo con la vitamina A, que los vegetales no tienen aunque a menudo se diga que sí. Lo que tienen las verduras son carotenos, los carotenos son pro-vitamina A, que mucha gente no puede convertir con su metabolismo en vitamina A y los que pueden lo hacen en muy bajas cantidades), además de hierro, cinc, fósforo, magnesio, selenio y proteínas. Aunque van por detrás, el resto de órganos también aportan cantidad de nutrientes importantísimos. Así que bendito sea el conejo y todo lo que está dentro de él.
Buen provecho,
Nach

P.D. Por favor, no dejéis de hacer comentarios y opinar en la casilla de reacciones, ¡os lo agradeceré mucho! (siempre que no me pongáis demasiado a caldo, claro)
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13 comentarios:

  1. Qué bueno tiene que estar. De todas maneras no lo cambiaría por el escabechado que hace tu padre

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  2. ¡Dios! ¿De verdad con ojos y todo?
    Esta receta me ha recordado una de mis pesadillas infantiles: esos días en que en el plato de arroz o fideos del puchero me encontraba el cerebro del conejo. Ag. Así, de una pieza, y a comerlo a cucharada limpia. Ag y reAg.
    Pero bueno, es cierto que aquí hay el resto del conejo y su salsa y su todo. Aun así, ay, ¿los ojos? Ya sé que es lo primero que se comen los carroñeros y por algo será, pero, de veras, ¿LOS OJOS?

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    1. Bueno, para empezar, hay que estar al quite porque la mayoría de carniceros los quitan... Pero una vez vienen... Tienen gelatina, colágeno, vitaminas..., demasiado valiosos para desperdiciarlos.

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  3. ¡Pues hoy por fin hemos hecho tu conejo al vino tinto! Ha salido muy rico. La carne estaba jugosita y se desprendía sola de los huesecillos.
    Y ha sobrado un poquito para mañana... habrá pelea a la hora de comer...

    (No fui capaz de dejar los ojos para la salsa, la verdad. Prometo que lo intentaré la próxima vez)

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  4. Preparé este plato hoy por la mañana (aunque no me he dado cuenta y me han quitado los ojos en la pollería), lo he dejado reposar como recomiendas y acabo de cenarmelo ahora mismo (llego muy tarde a casa xd). ¡¡Buenísimo, de verdad!! Mañana se comerá mi padre lo que ha sobrado, espero que le guste tanto como a mí. Muchas gracias por compartir la receta :)

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    1. Muchas gracia a ti por comentar! Espero que tu padre también disfrutara el plato!

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  5. este fin de semana lo pruebo, me da yuyu los ojos pero bueno. Habrá que hacer el esfuerzo y los meteremos, haber que tal sale el plato. Yo por suerte mi pollero me pregunta si quiero las cabezas o no. había veces que las desechaba por que no me hacia gracia, pero a partir de ahora todo.

    pd :que opinas de los higadillos de pollo? yo los hago encebollados con curry ya que a mi chica no le hace mucha gracia la casquería a mi no me importa .

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    1. Hola, A Corleone!
      La cabeza da mucho jugo! Luego la tiras para no ver dientes y listo!
      Los higaditos me encantan y la forma en que tú los preparas tiene una pinta estupenda! Yo hace poco hice mi paté 2.0 con higados y corazones de pollo y salió estupendo.
      Nutricionalmente me atrevo a decir que muy recomendables y son ridículamente baratos... A por ellos!!!

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    2. lo hice y búa la leche! muy bueno lo único, el agua lo sustituí por caldo de huesos, por probar y chatino como diría Arturo Fernández estaba redondo. Ah eso si el pollero, le quita los piños a la cabeza... y la púa que no puedo tocarla a excepción de los ojos o mi abuela me canea... jajajajaja en serio de 10 la receta y si lo acompañas con unos boniatos asados ya no te digo nada... a y mi chica le encanto eso si no le dije que llevaba la salsa solo las verduras y almendras. Por cierto yo lo freí en un mix de manteca de cerdo ibérica del pueblo de mi madre hecha por mi abuela y mantequilla que me trajo un colega de león casera y no se si será paleo pero el sabor insuperable... chapo por la receta.

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    3. Aaaaaaaagüita! Pero qué maravilla! Chapó por tu versión de la receta! Te voy a tener que copiar un para de ideas, A Corleone!
      Muchas gracias por tu comentario y tus aportaciones!

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    4. Se me olvido decirte, que yo utilizo Garam Masala para estos platos contundentes, el mío esta hecho de cilantro, comino, pimienta negra, cardamomo, clavo, canela, macis, laurel y hinojo. Le da un toque buenísimo eso si con una cucharadita de café vale por si te animas a probarlo un día un abrazo y ire haciendo mas recetas.

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    5. Me encanta el garam masala! Yo se lo echo a la pechuga de pollo tal cual para hacer a la plancha. Y también al hígado, junto con más pimentón, literalmente lo rebozo en especias

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